Aunque hoy me encuentre desterrado de su corazón, a veces pienso que podría volver a él, volver y quedarme ahí para siempre. Fue muy poco tiempo el que con ella pude compartir y hubiese deseado tener más para conocernos mejor, pero no necesitaba mucho para saber que ella era especial para mí, había una característica en ella que en otras personas no veía, una persona noble de verdad, además de algo tan encantador como su hermosa sonrisa conjugada con su mirada, eso y más que la hacían única para mi, tan única. Podría decir mucho de ella, pero solo basta decir que en mi universo interior es mi única estrella, podrá haber muchas más pero para mí solo ella existe.
El tiempo que pude pasar con ella y me llevo conocerla jamás lo olvidare, desde la primera vez que la vi sabia que ella era distinta y poco tiempo tardo en nacer un sentimiento hacia ella. Yo trataba que nadie lo notara y mucho menos ella, hasta quise deshacerme de esos sentimientos, pero era tan lindo ver como una persona me pintaba el sol y las estrellas juntas sin un pincel en sus manos, pues solo una sonrisa y una mirada era necesaria para ella.
A esa mujer la quise con todas mis ganas, tanto que dejé que se vaya, no quise ver sus días arruinados con mis vanos intentos de que se quede a mi lado, simplemente deje que se marchara de mi, y busque mi consuelo mintiéndome a mí mismo, trate de pensar que era lo mejor para ambos, para mí y mas para ella, pero aun no puedo creerme esa mentira, al corazón no se engaña y menos de esa forma, a ella aun la quiero y creo que aun mas, porque entendí que estar lejos de ella es lo peor que me ha pasado, y nada de lo bueno que me pudo haber pasado después cuenta cuando tengo la desdicha de no saber de ella, ella ahora está lejos de mi y temo que cada día esa distancia se hace mayor, a pesar que en principio dijimos que no dejaríamos esa primera relación de amistad que fue para mí maravillosa, los miedos a parecer insistente y obsesivo con ella me llevaron a dejar de llamarle como antes, pensé que podríamos hablar como antes, quizá de vez en cuando, aunque por dentro quisiera seguir hablando con ella todos los días, algunas veces espere también que ella me llamara como yo a veces lo hacía, eso jamás paso y solo me confirmaba una cosa, que era el único tonto que no podía dejar las cosas atrás, seguía arrastrando mis sentimiento de un pasado que para ella ya solo eran vanos recuerdos de algo que un día intento ser, algunas veces más hable con ella, pero no era igual, ahora siempre me ponía nervioso antes de llamarle y durante la conversación, pero escuchar solo su voz a mi me relajaba, no importa lo que dijera, si se quejaba de un mal día o habláramos de cualquier cosa, a mi me importaba escucharla y nada más, sentirme al menos un poco más cerca de ella, porque ese momento éramos solo ella y yo en una línea de aire y la distancia parecía desaparecer cuando cerraba los ojos y solo escuchaba su voz en mi oído, no sé si eso al final me hacia bien o solo más daño, no me importaba, pero cada vez que colgaba sentía nuevamente caer en mi realidad, mi realidad sin ella, había dejado de ser como antes, que cuando después de hablarle sentía una tremenda paz, ahora solo me quedaba el sabor amargo de no poderle decir como antes cuanto la quería, y no era por orgullo solo que no quería que eso la separe definitivamente de mi, el temor de que si volvía a tocar el tema ella ya no se sienta a gusto de hablar conmigo me hacia dejar eso de lado, el orgullo con ella siempre lo perdía, mi orgullo siempre quedaba en los pisos cuando de ella se trataba. Después del final, de lo que mil veces me arrepentí es de callar tantas cosas, sentía que le aturdía con tantas cosas que a veces era mejor callar algunas, solo le decía que la extrañaba, que deseaba estar con ella y poder verle los preciosos ojos, que me moría por uno de sus besos, y lo que más, anhelaba siempre el regalo de su bella sonrisa, esa cual maravilloso milagro hacia de un extraño modo nacer en mi la sensación más hermosa, esa sonrisa que rompía en mi cualquier malestar que tuviera, mas siempre callé otras tantas, siempre quise hacerme de fuerzas para decírselas en un momento que la tuviera delante de mí a solas y en un momento especial, quizá en una cita, aunque la voz se me partiera se las quería decir mirándola a los ojos, decirle que en adelante no me importaba mas nada solo ella, que me importaba poco lo que otras personas piensen, digan o hagan, que para mí solo importaría lo que ella dijese, que solo quería la aprobación suya, decirle que lo mío no era pasajero y podía confiar en mí siempre, que estaría para ella cada momento que lo quisiera, que aún quería seguir siendo su amigo como antes, escucharle todo lo que tenga que contarme, que eso jamás cambiaria, decirle que no tenga miedo de decirme las cosas que pensaba, que conmigo podía hablar de lo que quisiera cuando quisiera y como quisiera, a mi no me incomodaba, que estaba para escucharla, apoyarla y no para juzgarla, que si tuvo errores pasados no me importaba saber, que para mí el mundo empezó cuando ella me dijo “si”, todo lo pasado no importaba. Fue tanto que no dije y solo eso me pesa, que ella no lo haya escuchado de mi como hubiese querido, el tiempo ha pasado y muchas cosas van cambiando, pero nada de estas cosas para mí, porque si de algo estoy seguro, es que no he dejado de sentir por ella lo que sentía la primera vez que se lo dije, sigo enamorado de ella.
FCC